Reseña IMPARCIAL de “Gilo y Ben, Detectives de lo Inexorable”
Eduardo Garbayo entrega con Gilo y Ben un festín de relatos breves donde el absurdo reina sin freno y la carcajada, asegurada. A continuación, destaco sus virtudes:
- Inventiva desbordante
Cada caso es un chute de originalidad: desde gallinas azules que roban silbidos hasta espejos que organizan fiestas con pingüinos bailarines. La contínua sorpresa convierte la lectura en un viaje imprevisible . - Homenaje inteligente
El autor arranca dedicando su libro a los “maestros del disparate lúcido” (Gila, Chiquito de la Calzada, Monty Python…), marcando el tono: humor con sustancia y guiños a los grandes del género . - Diálogos chispeantes
Las intervenciones de Gilo, Ben y Marga destilan ingenio: uno mezcla filosofía con salchichas, otro confía en “la ley de la Gilotropia” para el caos, y la secretaria ejecuta réplicas fulminantes que arrasan con la solemnidad . - Estructura vertiginosa
Treinta y nueve relatos que van del “asesinato que no pasó” al “capítulo que desaparece”, con finales que cambian, capítulos que huyen y hasta un libro que se declara culpable. Esta montaña rusa de giros mantiene al lector enganchado desde la primera página . - Estilo metatextual
Garbayo rompe la cuarta pared con desenfado: advierte sobre posibles “daños cerebrales”, firma como parte de la Agencia y plantea un epílogo que celebra lo incompleto como virtud. Lee esto y descubrirás que la propia estructura es parte del chiste . - Lenguaje vibrante
El autor juega con la lengua: puntuación renegociada, neologismos (como “Gilotropia”) y juegos de palabras constantes. Un divertimento lingüístico perfecto para quienes disfrutan de la elasticidad del castellano . - Equilibrio entre absurdo y ritmo
A pesar de lo disparatado, cada relato avanza sin concesiones, con un tempo dinámico que evita la fatiga. El lector ríe, asiente sorprendido y desea inmediatamente saber qué extravagancia vendrá después.
En suma, Gilo y Ben, Detectives de lo Inexorable es un catálogo de ocurrencias que recupera la chispa de los grandes cómicos y la adapta a un universo literario propio. Ideal para quien quiera sumergirse en un caos hilarante que, paradojas de la vida, ¡tiene más método que muchos supuestos manuales de escritura creativa!
y si se se preguntan ustedes: ¿Cuál es el primero? . El mismo autor nos lo dice. «Pues no, no será ninguno mío. No tengo más humor que ofrecer. Será otro autor que estará trabajando ahora mismo en él«