«Todos nacemos vascos» es un libro que ofrece una mirada humorística y desenfadada sobre la idiosincrasia vasca, en la línea del estilo característico de Óscar Terol. Aunque resulta una lectura entretenida, con anécdotas y reflexiones que arrancan sonrisas, no alcanza la brillantez y frescura de los sketches de Vaya Semanita, donde el autor destacó como uno de los creadores de algunos de los momentos más icónicos del humor vasco.

El libro funciona bien como una extensión del universo cómico de Terol, quien, fiel a su estilo, aborda con ironía y buen humor los tópicos y clichés asociados a la cultura vasca. Desde la gastronomía y los deportes rurales hasta la intensidad emocional de los vascos, cada página refleja esa filosofía de «reír para no llorar», que Terol ha convertido casi en un mantra personal.

Sin embargo, aunque es divertido y ligero, carece de la chispa y el ritmo trepidante de sus trabajos televisivos, donde la brevedad y el formato visual potenciaban el humor de manera más eficaz. Aún así, Terol demuestra una vez más que tomarse la vida con humor es la manera más sencilla —y probablemente la única— de navegar las complejidades del día a día, especialmente en una tierra tan intensa como el País Vasco.

En definitiva, una lectura recomendable para quienes disfrutan del humor sin pretensiones y quieran conocer, desde un prisma cómico, las particularidades de los vascos. Aunque no está al nivel de Vaya Semanita, sigue siendo un reflejo del ingenio de Terol y su capacidad para sacar humor de cualquier situación.

PS. yo SI nací vasco.