Internet se siente cada vez peor. No es nostalgia: es un patrón. Cory Doctorow lo llamó “enshittification” —traducible libremente como mierdificación— y lo definió como el ciclo por el cual las plataformas digitales pasan de ofrecer valor real a sus usuarios a degradar sistemáticamente ese valor para maximizar beneficios y extraer riqueza para accionistas. El término se difundió rápidamente porque describe con sencillez una experiencia que millones reconocen ya: interfaces más intrusivas, más anuncios, peores resultados y un ecosistema que premia la extracción sobre la utilidad.
¿En qué consiste exactamente?
Doctorow plantea una secuencia típica en tres fases:
- Captación — la plataforma es generosa con usuarios (y a veces con creadores) para construir masa crítica.
- Monetización hacia proveedores — una vez que hay usuarios “atrapados”, la plataforma empieza a cobrar a los proveedores (creadores, vendedores, anunciantes) por visibilidad o acceso.
- Exacción para accionistas — cuando proveedores también quedan dependientes, la plataforma configura políticas, comisiones y algoritmos para maximizar los retornos a accionistas, degradando el producto para usuarios y socios. Al final, la plataforma puede quedar funcionalmente inútil para la mayoría.
Ese patrón explica por qué servicios que empezaron siendo útiles terminan saturados de anuncios, resultados pagados, funciones amputadas tras muros de pago, o priorización de “engagement” por encima de calidad. No es una casualidad operativa: es un diseño de incentivos.
Casos y señales: ejemplos concretos
- Bandcamp: la venta y consecutivas reestructuraciones post-adquisición se han citado como un ejemplo de cómo plataformas de nicho son compradas y transformadas por intereses mayoritarios, con efectos negativos para la comunidad que las sustentaba.
- TikTok: Doctorow usa TikTok como estudio de caso: herramientas que “calientan” la visibilidad a creadores, les hacen dependientes y luego cambian las reglas para cobrar o redistribuir esa visibilidad. Es la mecánica del “anzuelo artificial”.
Además, la discusión se extendió a prensa y análisis en español porque el fenómeno no es anecdótico: la palabra ganó tracción en 2023–2024 y se convirtió en marco analítico para entender decisiones de producto que degradan la usabilidad en favor de modelos de ingresos extractivos.
¿Por qué sucede? (mecánica económica y técnica)
Varios factores confluyen:
- Incentivos financieros: los mercados de capital exigen crecimiento y márgenes; la forma directa de mejorar márgenes es monetizar cada punto de interacción.
- Efectos de red y coste de salida: la dependencia en comunidades y audiencias hace que usuarios y proveedores acepten peores condiciones porque migrar es costoso o fragmenta ingresos.
- Algoritmos optimizados para métricas equivocadas: los algoritmos que priorizan “tiempo en pantalla” y clicks tienden a degradar calidad informativa y favorecer formatos que enganchen aunque empobrezcan la experiencia.
- Concentración de infraestructura: control vertical (plataforma + mercado + servicios asociados) facilita que la plataforma imponga condiciones a ambos lados del mercado.
La IA como acelerador
La llegada masiva de herramientas de generación automática y moderación algorítmica puede acelerar la mierdificación: contenido sintético barato, reescalado de formatos y automatización de campañas publicitarias reducen el coste de “relleno basura”, inundando resultados y haciendo más difícil encontrar contenido auténtico y valioso. Varios análisis recientes apuntan a este riesgo: la IA facilita tanto la creación masiva de contenido de baja calidad como tácticas para optimizar métricas a corto plazo.
¿Se puede arreglar? (estrategias realistas)
No hay una bala mágica, pero sí palancas que funcionan en conjunto:
Política / regulación
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Interoperabilidad y portabilidad de datos: reducir el coste de salida, permitir que usuarios y creadores lleven sus audiencias a otros servicios.
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Medidas antimonopolio modernizadas: fiscalizar fusiones que destruyan mercados de nicho y subordinan competidores.
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Transparencia algorítmica y métricas: exigir reportes sobre qué optimizan los algoritmos y sus efectos en calidad/engagement.
Técnicas y de producto
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Protocolos abiertos: fediverse, APIs abiertas, y estándares que separen identidad, contenido y monetización.
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Diseños que prioricen usos humanos: métricas de calidad en vez de solo “tiempo en pantalla”.
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Modelos de financiación alternativos: micropagos, suscripciones comunitarias, plataformas cooperativas donde los creadores y usuarios participan de la gobernanza.
Acciones de creadores y usuarios
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“Social quitting” estructurado: migrar colectivamente a alternativas, pero con puentes (exportación de seguidores, contenido).
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Economías de nicho sostenibles: diversificar ingresos (merch, membresías, eventos) para evitar dependencia de un solo canal.
Qué puede hacer un experto en internet
- Educar al público sobre costes reales de la “gratuitud” y el valor de la portabilidad.
- Proponer soluciones prácticas: tutoriales para exportar audiencias, guías para monetizar fuera de plataformas centralizadas.
- Participar en iniciativas técnicas: apoyar proyectos de interoperabilidad o contribuir a herramientas descentralizadas.
- Incidir en políticas públicas locales y sectoriales: traducir problemas técnicos a propuestas regulatorias claras.
Conclusión
La “mierdificación” no es un fallo accidental ni solo un problema estético: es el resultado predecible de incentivos corporativos y arquitecturas técnicas que concentran poder. Pero tampoco es inevitable: con políticas coherentes, alternativas técnicas y cambios en los modelos de negocio es posible diseñar un ecosistema que premie utilidad y resiliencia por encima de la extracción. El reto para quienes escribimos y trabajamos en internet es empujar esa conversación desde la abstracción ética hacia propuestas concretas y adoptables.

