No soy mucho de copiar-pegar artículos en mi blog, porque si está en otro sitio, se puede leer allí. Pero este en concreto me ha gustado especialmente porque hace una reflexión con una perspectiva moderna sobre un tema que toca bastante de cerca. El negocio musical en España. Lo guardo aquí, en mi miniweb de recuerdos y así lo podré releer de vez en cuando y ver como avanzan los acontecimientos.

Esta semana saltaba la noticia de que en nuestro país la industria discográfica es mentirosa, manipuladora y corrupta. Lo que me dejó perplejo es que alguien haya podido considerar eso como una noticia de bomba o al menos de actualidad y que más de uno se sorprenda, como si se hubiera caído de la higuera.
El negocio musical es nuestro país agoniza y está herido de muerte, pero no es para llorar porque ellos se lo han buscado y es en definitiva lo que se merecen al haber alimentado un monstruo que a la larga ha terminado por volverse contra ellos: la falta de educación musical.
El nuestro es un país donde al melómano se le considera un bicho raro por parte de la mitad de la población mientras que el resto piensa que es algo de tipo cancerígeno que se nos puede pegar en la piel o algo peor. Los apasionados por la música están mal vistos, siempre lo han estado al igual que los músicos si no alcanzan el éxito que marcan por televisión. Lo peor que le puede pasar a una familia es que le salga un hijo músico, de esos que no quieren entrar en una academia y terminar presentando o siendo jurados de concursos cutres de la tele.
Lo han sembrado durante años, más de lo que se pueden imaginar la mayor parte de los mortales, los cuales se creen a rajatabla sus mentiras y han sido parte de su engranaje para reducir la música al mismo nivel que un bote de pasta de dientes o un salva braguitas con olor a pino.

LAS BATALLITAS DEL ABUELO
Recuerdo cuando en los 80 hacía la ruta de las discográficas para que te suministraran el material radiofónico para pinchar en mi programa y en la emisora donde estaba. Todos los jueves por la mañana te veías sometido a una serie de presiones, chantajes y en cierta manera amenazas que impedían a todas luces que la libertad que supuestamente debía tener la emisora se ejerciese. Para poder acceder al disco que era interesante por criterios musicales, debías de programar singles basura que ellos consideraban objetivos y que si no lo hacías, te castigaban a abandonar la ruta de las discográficas. Así una tras otra, me di cuenta que estaba vetado en la mayor parte de las compañías majors, ya que siempre he tenido una tendencia irrefrenable a no bajarme los pantalones delante de nadie que yo no quiera y menos por presiones. Hacer radio en los 80 era complicado porque o te gastabas un pastón en discos interesantes para luego picharlos, o sucumbías a sus amenazas, que era lo que prácticamente hacían la mayor parte de las emisoras.
Con el tiempo y la llegada de las independientes eso cambió, porque las pequeñas compañías estaban deseosas de tener gente inquieta que quisiera conocer nuevas propuestas y descubriera sus discos. Era sencillo trabajar con las indies porque las dos partes nos necesitábamos. Eran tiempos de esplendor y creatividad, tiempos de la aparición de la prensa gratuita como alternativa a los medios de siempre, de la proliferación de programas de radio independientes, tiempos de cierta libertad. Pero a la larga la solución terminó siendo parte del problema.
Las multinacionales despedían a los encargados de gestionar los chantajes emocionales durante años y muchos de ellos fueron a caer en las mal llamadas independientes, que rápidamente y en aras de beneficios rápidos y fulgurantes adoptaron los mismos métodos y formas que su enemigo, pero llegó internet y con este invento el final de lo que se daba.
La libertad es total, no dependes de nadie para hacer nada. De hecho Bad Music ha estado haciendo radio durante años sin contactar apenas con compañías discográficas (sólo con aquellas que te dejan tener tu propio criterio), sólo con músicos o en su defecto con managers. Pero evidentemente los chantajes siguen existiendo porque todo esto que marco está tratado desde el punto del que ve la música como una expresión cultural, no como un negocio.
La cultura del tanto pagas tanto vales se instauró en el “negocio musical”, sobretodo porque aquí nadie lee lo suficiente como para que las publicaciones musicales, gratuitas o no, se mantengan. Cuesta horrores aguantar una publicación de papel y la única forma de conseguirlo es cobrando publicidad… y amigos, quien paga manda; siempre lo ha hecho y siempre lo hará, por más discursos pseudomoralistas y el pro de la profesionalidad que te puedan soltar. Si hay contraportada, tenemos artículo importante en el interior. Quien aparece en la portada? Te lo puedo adivinar si me dejas ver las páginas de publicidad de este o el anterior número. Así sería interminable la lista.
No en vano, a un servidor le pusieron de patitas en la calle de una importante publicación musical de este país por hacer una mala crítica de un disco… perdón, por hacer una buena crítica con una mala valoración sobre un disco que años más tarde fue despreciado por la misma banda que lo firmaba. Tras una invitación amable del editor para que cambiase mi punto de vista sobre el disco, ya que la compañía multinacional iba a poner nada menos que la vuelta de la contraportada y mi negativa, terminó mi carrera en aquel medio, que afortunadamente sigue en funcionamiento.

LA PAYOLA NACIONAL
Ahora salta el escándalo de que las listas de ventas no son ciertas, peor todavía, que se manipulan y se falsean. De siempre ha sido así, de siempre las compañías multinacionales han manipulado los datos a su antojo. Recuerdo un amigo mío que tuvo que cerrar su tienda de discos en L’Hospitalet porque era insostenible la presión de las compañías y distribuidoras. Para obtener dos copias del álbum que quería exponer en sus expositores, le obligaban a comprar 20 copias de otros artistas que ni le interesaban a él ni a su público, pero debía pasar por el aro para poder acceder al material bueno y comerse discos de folclóricos o inventos de las discográficas. Sin embargo las mismas compañías dejaban en depósito los discos en las grandes superficies y almacenes de ultramarinos, por qué? porque su objetivo siempre fue vender los discos como calcetines o papel del culo, nunca como música o cultura.

Entonces, y de esto hace ya muchos años, era complicado entender como podían hacer las listas de discos más vendidos en el país, si a las tiendas pequeñas se les obligaba a pagar por adelantado, pero al Carrefour se le dejaban miles de copias en depósito. Cómo podrían llegar a adivinar las ventas de un disco del pringado de turno a las pocas horas de salir el disco a la venta. Muy fácil, engañando, falsificando datos, estafando. Mientras que en el resto del mundo las certificaciones de ventas discográficas son por discos vendidos, aquí son por discos depositados en tiendas. Estaría bien mirar la definición de “Certificaciones de VENTAS discográficas”, que no es “Certificaciones de DEPÓSITOS discográficos”. Así es comprensible como un disco de Julio Iglesias en su día, o del Enrique años más tarde era disco de oro nada más salir a la calle, pero no había colas en las tiendas ni muertos a la hora de quedarse sin copias… todo mentira, una puta y enorme mentira!

No contemos ya las deprimentes cifras que se manejan aquí. En Estados Unidos para ser disco de oro se necesita vender 500.000 copias y 1.000.000 para el disco de platino; En Inglaterra son 100.000 para el oro y 300.000 discos vendidos para el platino; casi idénticas cifras en Japón que sólo rebajan el disco de platino a las 250.000 copias; en España tenemos la tarifa puesta en los 20.000 discos vendidos para el disco de oro y los 40.000 para el platino. Léase que he dicho discos vendidos en España, porque lo dice Promusicae, la Asociación de Productores de Música en España, que cuando facilita las famosas listas o ranking de los más vendidos, en los que ha borrado vilmente las cifras de ventas para que no nos escandalicemos, indica con unos asteriscos muy monos: * Disco de Oro (20.000 unidades vendidas) ** Disco de Platino (40.000 unidades vendidas).
Según parece la función de Promusicae es: “Actualmente Promusicae tiene como misión representar y defender los intereses de los productores musicales españoles ante la Administración Pública y otros colectivos privados. Entre otras cosas Promusicae se compromete a difundir en el mercado nacional e internacional la cultura musical española, crear canales de trasparencia en el mercado fonográfico y por lo tanto servir como órgano de consulta, combatir la piratería y defender la producción de música junto con otros colectivos públicos y por último, contribuir a la consolidación de la industria musical como medio importante de la economía española”. Curiosa misión la de la transparencia si ocultan las cifras reales de ventas.

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Porque amiguitos y amiguitas, los discos de Oro y Platino en nuestro país valen menos que las monedas de chocolate de las fiestas de cumpleaños. Entrar entre los 40 discos más vendidos de este país se consigue con tan sólo 500 copias vendidas, si sobrepasas las 2000 copias estás dentro de los 10 discos más vendidos y si vendes las 8.000 puedes ser el flamante número 1 de las listas de ventas. El problema viene cuando se conceden los discos de Oro y Platino, que no alcanzan las cifras de ventas mencionadas ni por asomo. Hace unas semanas en enésimo invento gestado para destrozar el poco valor que tiene la cultura musical en nuestro país, es decir en el programa “La Voz”, se le hizo entrega a Antonio Orozco del Disco de Oro en una celebración que moderadamente calificaré de ridícula, donde el presentador remarcó en varias ocasiones que se había conseguido en tan sólo 24 horas, que iba muy rápido, en sólo 24 horas… y el protagonista entre saltos de alegría y felicitaciones de otros correligionarios le daba las gracias a los miles de personas que habían comprado el disco y a su familia.
Bien, qué bonito, qué emoción; pero es que ahora tan sólo lleva vendidas 16.000 copias que no alcanza para el Disco de Oro, pero sin embargo ya le han concedido el de Platino, para el cual le faltan todavía 26.000 copias por vender. No es el único caso porque Lady Gaga tiene un disco de Oro en nuestro país y no ha alcanzado las 8.000 copias vendías,Abraham Mateo, un nuevo invento de ídolo infantil baboso con gorra incluida y pinta de skater salido de un dudoso salón de masaje, también tiene su disquito de Oro con algo más de 8.000 copias, así la lista es bastante larga, y aunque todos ellos terminaron alcanzando las certificaciones reales con el tiempo, es un fraude y un engaño promoverlo, difundirlo y venderlo públicamente antes de tiempo porque eso es engañar al respetable, aunque en muchas ocasiones la gran mayoría no merezca ningún tipo de respeto.

Lo curioso del caso es que las cifras de ventas son ridículas en este país (y volvemos a que se merecen lo que han sembrado y más), pero no es menos curioso que casi todos los discos que aparecen en la lista pertenezcan a cuatro multinacionales, las cuales con su forma errónea de trabajar durante décadas han llevado la cultura musical de este país a la mierda, pero siguen manejando el cotarro de forma incomprensible. También está la tremenda duda de cómo calcula la SGAE el porcentaje de reparto entre los autores, porque no será por un porcentaje sacado de las listas proporcionadas por Promusicae. En caso de respuesta positiva, la segunda pregunta es: ¿no se podría considerar delito o estafa ese reparto?

Otro día saldrá un notición de que para sonar en ciertas emisoras de radio se debe pagar. Que las listas no son reales y depende de si eres objetivo rojo o negro debes pagar más o menos y llegar más alto de lo que pensabas. también se sorprenderá el público? Yo desde luego no. Desde siempre he pensado que si a Alan Freed lo encerraron en la cárcel por cobrar a cambio de promocionar música, lo que se conoce como payola, este país está lleno de Alan Freed de pacotilla, porque el americano al menos inventó el termino rock’n’roll para definir un nuevo sonido, aquí sólo han inventado la codicia, la mentira y el desastre musical.

Como también es payola o algo peor tener una productora de televisión, grabar conciertos a grupos a los que se les chantajea con ceder los derechos editoriales de las canciones de por vida o no salen, y después difundir los programas en multidifusión a horarios intempestivos con el simple objetivo de generar los suficientes derechos para montarse el negocio del siglo; eso sí, vendiéndolo como auténticos Robin Hood de la música y protectores de los músicos. Recordad que el último presidente de la SGAE fue fulminado de su cargo rápidamente cuando se atrevió a criticar esta mafia televisiva.

Ahora que se acerca fin de año y que todos son deseos de prosperidad y buenaventura para el año que se nos echa encima, vaya por delante mis deseos para todos los que desde el año 1950 empezaron a manejar el cotarro con elGrupo Español de la Federación Internacional de la Industria Fonográfica (IFPI), más tarde transformados en  Asociación Fonográfica Española (AFE), después Asociación Fonográfica y Videográfica de España (AFYVE)porque apareció el video y el DVD, y de momento Promusicae; para las compañías multinacionales y algunas de las independientes que sólo lo son porque no tienen medios pero en espíritu son peores; a las productoras de televisión que graban a los músicos a cambio de que estos les cedan los derechos, a los directivos de las televisiones que les siguen el juego, a los responsables de concursos, academias y demás engendros que han conseguido que la población piense que la música solo vale para triunfar y tener éxito; a los músicos que se prestan a estos juegos y encima los defienden porque “estando yo caliente que se ría la gente”; a los periodistas que utilizan las mismas estrategias y que no se diferencian en nada del problema, etc…
Idos a tomar por culo!!!
Sin acritudfuente : JLBad , web lareputada.com es de dónde se ha extraído la información y foto de las listas de ventas.