Archipiélago Gulag :

  1. La industria penitenciaria.
  2. Perpetuum mobile.

Decía Unamuno que el «nacionalismo se cura viajando», pues a mi me gustaría completar la frase diciendo » y el comunismo, leyendo Archipiélago Gulag».

El escritor ruso Alexander Solzhenitsyn  denuncia la estructura de represión del estado estalinista en la antigua Unión de Repúblicas Socialistas  . Es un texto complicado de leer y duro a veces debido al completísimo tratamiento de los datos, nombres, fechas y casos concretos de juicios. Pero debido a la impecable literatura del autor se hace más llevadero  …

Mis marcadores sobre el libro :

1.-El lector que espere encontrar en esta obra una acusación política puede cerrarla aquí mismo.¡Si todo fuera tan sencillo! ¡Si se tratara simplemente de unos hombres siniestros en un lugar concreto que perpetran con perfidia sus malas acciones! ¡Si bastara con separarlos del resto y destruirlos! Pero la línea que separa el bien del mal atraviesa el corazón de cada persona. ¿Y quién destruiría un pedazo de su propio corazón?

2.- ¡Quiero vivir, para pensar y padecer!Pues nosotros no hacemos otra cosa que sufrir y pensar.

3.- ¡en las guerras Dios bendice con la derrota, no con la victoria! Las victorias son necesarias a los gobiernos, y las derrotas, a los pueblos. Después de una victoria entran deseos de más, mientras que después de una derrota se quiere la libertad, y habitualmente se consigue. Los pueblos necesitan de las derrotas como las personas precisan del sufrimiento y la desdicha, pues obligan a concentrarse en la vida interna y elevan el espíritu.

4.- En otro lugar escribe Dostoyevski: «Es mejor equivocarse en la misericordia que en el castigo». ¡Cuánta, cuánta razón tenía!

5.- ¿Qué fue primero, el huevo o la gallina? ¿Los hombres o el sistema?Durante varios siglos hemos tenido un proverbio: no temas la Ley, sino al juez.

6.- ¡La culpa era de los spets! ¿Que no cuadraban los números? «Es culpa de los spets, y no del Consejo del Trabajo y Defensa», y ni siquiera de los «cargos responsables de la Glav-top». ¿Que faltaba carbón, leña y petróleo? Era «porque los spets habían creado una situación confusa y caótica». ( spet = ingeniero ):)

7.- lo llevaron dos veces de noche al bosque para una supuesta ejecución. Llegaron a ponerlo frente a los fusiles, pero luego los bajaron y lo condujeron de nuevo a la prisión. En también la medida suprema utilizada como procedimiento sumarial. Pero bueno, no hay que dramatizar: salió adelante, sigue vivito y coleando y no tiene queja.Un hombre casi siempre acepta con sumisión que otro lo mate. ¿Por qué hipnotiza de tal manera la pena de muerte?

8.- el juez comprendió que Rappoport tenía una voluntad de hierro y que estaba dispuesto a morir, por lo cual suavizó el procedimiento de instrucción. «¡Me han dicho que eres un lobo!» —le dijo el juez—. «Cierto, un lobo», confirmó Rappoport, «pero nunca vuestro perro».)

9.- —¿Por qué se martiriza usted a sí mismo?Smelov respondió:—¡Aprecio más la verdad que la vida!

Tanto impresionó al fiscal esta frase y su incoherencia que al día siguiente trasladaron a Smelov al Hospital Especial de Le-ningrado para presos (léase manicomio), donde un doctor le anunció:—Sospecho que pueda padecer usted esquizofrenia.

10.- No me gusta eso de «derechas» e «izquierdas»: me parecen convencionalismos intercambiables y carentes de contenido.

11.- Se había suprimido todo contacto con la tierra: como en Schlisselburg o en Solovki, no había planta que no hubiera sido cortada, pisoteada o cubierta con cemento o asfalto. Incluso se prohibió levantar la cabeza hacia el cielo durante los paseos: «¡La vista en los pies!»

12.- No daban la comida de uno en uno sino a cada diez hombres. Si alguno de la decena moría, lo metían bajo el catre y lo tenían allí hasta que empezaba a oler mal. Porque así podían comerse su ración

13.- los presos habían perdido la costumbre de andar, de respirar aire libre y de ver la luz del sol. Entonces los sacaron, los formaron y les hicieron recorrer a pie veinticinco kilómetros hasta Abalean. Por el camino murieron unos diez. Y nadie escribirá una gran novela que trate de esto, ni siquiera un capítulo: si vives en un cementerio no puedes llorar por todos.