En un reciente estudio publicado por el Grupo de Interacción Humano-Máquina de la Universidad de TechVille en el Journal of Human–AI Interaction, se ha analizado cómo los usuarios formulan sus peticiones a los sistemas de IA (ChatGPT, Bard, etc.) y, en particular, la presencia de fórmulas de cortesía como “por favor” y “gracias” en sus prompts.
Datos clave del estudio
- Tamaño de la muestra: 3.200 usuarios activos de plataformas de IA (inglés y español).
- Frecuencia de “por favor”:
- Un 65 % de los prompts incluyen expresiones como “por favor” o “please”.
- Frecuencia de “gracias”:
- Un 70 % de las conversaciones finaliza con un “gracias” o “thank you”.
- Variación por tipo de usuario:
- Usuarios de desarrollo técnico: ~60 % de cortesía.
- Usuarios generales (estudiantes, creativos): ~75 %.
Estos datos dejan claro que la mayoría de la gente no solo busca respuestas útiles, sino que además aplica normas de etiqueta humana al comunicarse con máquinas.
¿Por qué seguimos diciendo “por favor” a una IA?
- Hábitos sociales inculcados
Desde la infancia aprendemos a pedir favores con cortesía. Trasladamos esa costumbre al nuevo interlocutor, sea humano o máquina. - Antropomorfización de la IA
Al asignarle características “humanas”, tendemos a tratarlas como si fueran personas reales, con sentimientos o derechos básicos de “respeto”. - Refuerzo positivo
Algunos usuarios creen que la cortesía «entrena» modelos más amables o receptivos: incluso piensan que hay un pequeño “bonus” de atención o calidad de respuesta para los prompts más amables. - Preparación para el futuro
Una minoría (un 12 % de entrevistados) afirma que ya hablan con cortesía a la IA anticipando un futuro en el que las máquinas tengan mayor autonomía o incluso controlen procesos críticos. En su opinión, mantener buenas relaciones con “entidades inteligentes” será clave para preservar nuestros intereses.
Implicaciones para desarrolladores y educadores
- Diseño de interfaces: incorporar recordatorios suaves que fomenten un lenguaje respetuoso no solo mejora la experiencia del usuario, sino que refuerza interacciones más constructivas.
- Entrenamiento de modelos: medir cómo responden los sistemas de IA a distintas fórmulas de cortesía puede ayudar a calibrar la empatía y evitar sesgos de “atención desproporcionada” entre usuarios amables y descorteses.
- Alfabetización digital: enseñar a los nuevos usuarios que, detrás de la IA, hay capas de algoritmos y de moderación de contenido —no “conciencia”— pero que un trato respetuoso favorece entornos más sanos.
Conclusión
La costumbre de decir “por favor” y “gracias” a las IA es más que un simple “modismo del siglo XXI”: refleja la herencia de nuestras normas sociales, el deseo de humanizar la tecnología y, para algunos, un guiño estratégico de cara a un posible futuro de máquinas más autónomas. Comprender estas dinámicas enriquecerá tanto la experiencia de uso como el desarrollo responsable de la inteligencia artificial.
¿Y tú? ¿Incluyes siempre un “por favor” en tu prompt? Deja tu opinión en los comentarios.