La compañía asegura que trabaja en otras medidas relacionadas con la privacidad, incluida la ofuscación de la dirección IP en el modo incógnito.
En el año 2019, Google hizo un anuncio sorprendente: Chrome, el navegador web más utilizado, dejaría de soportar cookies de terceros. Estas cookies son identificadores que las páginas web guardan en los ordenadores de los internautas que acceden a ellas para identificarlos y recordarlos. Varios navegadores ya ofrecían una funcionalidad similar, pero estas cookies son claves también para el negocio de la publicidad online, que es la principal fuente de ingresos de Google.
Cuatro años después, la empresa ha decidido dar marcha atrás. En una publicación en uno de los blogs de la compañía, el vicepresidente de Privacy Sandbox (un proyecto interno de Google para encontrar soluciones alternativas a las cookies), Anthony Chavez, reconoció que las cookies de terceros seguirán siendo parte de Chrome. «En lugar de eliminar las cookies de terceros, introduciríamos una nueva experiencia en Chrome que permitirá a las personas tomar decisiones que se apliquen al navegar, y podrán ajustar esa elección en cualquier momento», explicó Chavez, aunque no proporcionó detalles precisos sobre el tipo de controles que los usuarios tendrán.
Esta decisión ha sorprendido a muchos analistas y expertos en el mercado publicitario, que ya contaban con la desaparición de esta forma de rastreo. Google ha retrasado dos veces la fecha límite del soporte de cookies de terceros a lo largo de los años, pero parecía decidida a eliminarlas.
Chavez aseguró que el proyecto Privacy Sandbox seguirá adelante, tratando de buscar nuevas formas de preservar la privacidad de los usuarios pero permitiendo a empresas como Google servir anuncios relevantes a los intereses de quienes visitan una web. De la decisión se desprende, en cualquier caso, que Google no ha logrado encontrar un método igual de efectivo. En pruebas realizadas en los primeros meses del año, las herramientas de Privacy Sandbox lograron una efectividad aceptable, pero se trata todavía de pruebas en un número muy limitado de usuarios de Chrome, insuficientes para calmar los temores de muchos responsables de publicidad de todo tipo de empresas, que no estaban especialmente contentos con la idea de depender aún más de Google para llevar sus anuncios a los receptores adecuados.
Chrome, en cualquier caso, incluirá en futuras versiones, además de estos controles más granulares, nuevas medidas de protección adicionales, como la ofuscación de la dirección IP cuando se navega en modo incógnito.
El anuncio llega en un momento delicado para Google. Apple acaba justo de arrancar una gran campaña promocional en todo el mundo advirtiendo de los peligros de usar navegadores web que no respetan la privacidad de los usuarios (Safari, el navegador de Apple, eliminó el soporte por defecto de cookies de terceros en 2020) y muchas de las alternativas a Chrome, construidas sobre el mismo motor que el navegador de Google, también utilizan esta función como reclamo.
Explicación clara para el usuario de a pie:
Las cookies de terceros son pequeños archivos que los sitios web guardan en tu computadora para recordarte y rastrear tus actividades en la web, especialmente útiles para la publicidad. En 2019, Google anunció que Chrome dejaría de usar estas cookies para mejorar la privacidad, pero cuatro años después, Google decidió no eliminarlas. En su lugar, introducirá nuevas herramientas que permitirán a los usuarios controlar mejor su privacidad.
La razón principal es que las cookies de terceros son esenciales para la publicidad online, que es la mayor fuente de ingresos de Google. A pesar de los intentos de encontrar alternativas efectivas, no han logrado igualar la eficiencia de las cookies de terceros.
En resumen, aunque Google trabaja en nuevas medidas de privacidad, las cookies de terceros seguirán existiendo en Chrome porque son cruciales para la publicidad. Apple y otros navegadores han tomado medidas más estrictas al respecto, lo que pone a Google en una posición difícil