Esta letra formará parte de los relatos «La calle sin luz». Una serie de cortos que se iran haciendo y cada uno se relaciona con una canción.
✨La letra es un relato de desencanto, donde el individuo se ve atrapado en un ciclo de violencia, abandono y desesperación, heredado de un entorno familiar y social disfuncional. El autor utiliza una imaginería potente para plasmar la dureza de la vida en los márgenes, al tiempo que critica la indiferencia de una sociedad que deja a sus hijos a la deriva.
Cada verso está cargado de simbolismo: el invierno como maestro cruel, la búsqueda de redención a través del fuego, la dualidad entre pacto diabólico y abandono divino. Estas imágenes, lejos de ser simples adornos poéticos, son herramientas que permiten al oyente empatizar con el dolor del protagonista y reflexionar sobre la realidad de muchos que viven en condiciones similares.
En definitiva, la canción no solo destaca por su calidad lírica en español, sino también por su capacidad para contar una historia de sufrimiento y resiliencia, que invita a cuestionar tanto la responsabilidad individual como la colectiva en la construcción de un mundo más justo. Estamos deseando saber como continúa la saga «Historias de la calle sin luz»
➡️LETRA➡️
Su madre quemó las esperanzas, en un grito que nunca llegó al tejado,
él aún soñaba con días de colegio, pero en su calle, los sueños son disparos.
Fue el invierno quien le enseñó temprano, que el hambre tiene más filo que un cuchillo,
y que la rabia, cuando muerde la mano, te arrastra al fondo, como un pesado ladrillo.
Hay quién nace en camas de sueños, otros en colchones de clavos.
Hay quién carga la vida en sus hombros, y otros, ¡qué quieres!, ¡se lavan las manos!.
En la esquina lo llaman “el hijo del humo”, porque su padre ardió en licor y desencanto,
y su madre, entre noches de farlopa, lo maldijo en su último quebranto.
De su madre heredó la mirada, la mirada, de alguien que solo ve ruinas.
De su padre una risa, que suena a bisagra oxidada,
la risa de los que mueren, cada día en cada esquina
“Madre, el mundo es solo un baile de sombras,
y yo solo un reflejo que se tuerce.
Voy a buscarte donde no hay espejos,
donde el dolor ya no me muerda fuerte.”
Una tarde intentó prender fuego, al bar que llamaba su casa,
purgar de su vida la maleza, y arrancar el veneno que lo abraza.
Pero las llamas no se hablan con el viento, y él quedó, como siempre, bajo el polvo.
Hay quién nace en camas de sueños, otros en colchones de clavos.
Hay quién carga la vida en sus hombros, y otros, ¡qué quieres!, ¡se lavan las manos!.
La última vez lo vieron en la plaza, llevaba los ojos hundidos de tormenta.
como si dentro de sus cuencas crecieran, los restos secos de mil noches violentas.
En un portal lo hallaron con los labios, murmurando una nana a la penumbra.
El cuchillo dormía junto a su pecho, y el frío, como un padre, lo sepulta.
Hay quién nace en camas de sueños, otros en colchones de clavos.
Hay quién carga la vida en sus hombros, y otros, ¡qué quieres!
Hay quien dice que el diablo le hizo un pacto,
otros juran que Dios lo vendió barato.
Hay quien dice que el diablo le hizo un pacto,
lo cierto es que Dios lo abandonó temprano.
✨Contrastación de destinos:
Este estribillo resume de forma poderosa la disparidad en las circunstancias de vida. Por un lado, se alude a quienes nacen en entornos propicios para el desarrollo (camas de sueños) y, por otro, a aquellos marcados por el dolor y la violencia (colchones de clavos).
Crítica social y resignación:
La línea «y otros, ¡qué quieres!, ¡se lavan las manos!» introduce una dosis de ironía y amargura, insinuando la indiferencia o la incapacidad de algunos para asumir la carga de la vida, dejando a otros solos en su sufrimiento.
⭐La letra en cuestión se inscribe en el género del metal industrial, caracterizado por su tono crudo, imágenes potentes y un enfoque en la marginalidad y el dolor. Desde el primer verso, se percibe la intención de retratar una realidad dura y despiadada: la vida de un individuo marcado por la violencia, el abandono y el desencanto familiar. A lo largo de la canción, se entretejen metáforas y comparaciones que no solo pintan el sufrimiento personal, sino que también hacen una crítica social a un entorno que arrastra a sus hijos hacia la oscuridad.