La historia de todo lo que rodeó a Rommel en la WWII está cubierto de cierto misticismo; y las biografías y notas escritas sobre él están completas de bastante autobombo, nada mejor que leer de su puño y letra sus pensamientos, sus dudas, sus decisiones. Seguro que a los franceses no les hará mucha gracia la altura que alcanzó este militar, ni en lo que la historia lo ha convertido, pero haciendo honor a la verdad hay que reconocer que fue un gran estratega militar. Luchador incansable y magnánimo en la victoria. Y por encima de todo: Honor. Tanto, que le costó la vida.
Rommel fue el que mejor puso en práctica la Blitzkrieg , la guerra relampago. Lo hizo en la invasión de Francia, y eso le llevo a ser seleccionado por Hitler para solucionar el problema que se le estaba incrementando en África. Allí junto con sus Afrika Korps paso el veranito del 42 para recuperar terrenos que se estaban perdiendo. Tobruk, El Alamein ..etc. No soy yo quien hable de historia.
Rommel se negó a obedecer la orden directa de Kommandobefehl : «Orden de los comandos» por las que el Führer quería que todos los comandos británicos capturados fueran fusilados en el acto. Y ésto le costó la vida. Se le dieron 15 minutos para despedirse de su mujer y su hijo y un arma para que un vez terminado, se suicidara.
Este libro tiene 3 narradores diferenciados. Por un lado está Rommel, el estratega militar. Lleno de datos contrastados explica como fue día a día, minuto a minuto su invasión de Francia, y su llegada a Africa. Así como algunas batallas del desierto. Por otro lado está el esposo, contando en sus cartas (que escribía diariamente a su mujer) sus sentimientos, las dudas. Pensamientos y reflexiones. Y un tercer narrador que es el historiador «Sir Basil Henry Liddell Hart» que contrasta datos y complementa historias y situaciones. Un libro muy completo, pero recomendado sólo para lectores de libros sobre historia, estrategia, tácticas, y éstas cosas tan raras…
mis marcadores sobre este libro :- Quien se limita a permanecer esperando acontecimientos lleva las de perder.
- …se presentó gravemente herido, manifestando: «Mi General, me han arrancado el brazo izquierdo
- Durante el descenso hacia Tourville los trabajadores de una fábrica nos hicieron objeto de una calurosísima acogida, tomándonos sin duda por ingleses
- Había tropas francesas acampadas a ambos lados de la carretera, a las que hicimos señas con la mano, al pasar. Se quedaron estupefactos al ver una columna alemana desfilar ante ellos.
- el jefe debe saber observar por sí mismo, ya que los informes recibidos por conducto de otros rara vez le proporcionarán los datos que necesita para actuar de manera adecuada.
- La situación se inclina a nuestro favor, y estoy fraguando una serie de planes que no me atrevo a confiar a nadie. Me creerían loco. Pero no lo estoy; simplemente veo algo más lejos que los demás. Ya me conoces.
- El propio Rommel expresó a veces su admiración hacia el adversario, y en cierta ocasión, al ver a un grupo de prisioneros, declaró que se sentiría feliz pudiendo conducir a tales hombres a la batalla.
- El jefe ha de mantenerse en contacto con sus hombres, ser capaz de sentir y pensar como ellos. El soldado ha de tener absoluta confianza en sus mandos. Existe un principio que recordar: jamás deben demostrarse falsas emociones ante los hombres
- Rommel recibió su bastón en Berlín, del propio Hitler.— 19442 — manifestó a su esposa: «Hubiera preferido que me entregara una división».
«No luches en una batalla si no ganas nada con la victoria»